El lustrabotas

            En los años 60', ya existía en la comuna de Chillán, un grupo de hombres que trabajaban como lustradores de zapatos, a quiénes, un pequeño Don Juan siguió sus pasos, desde los 8 años de edad.

Exactamente, no existe precisión del año en que comenzaron a desarrollar su labor, los lustrabotas de Chillán. Sin embargo, existen antecedentes en otras comunas y ciudades de Chile. Tal es el caso de la comuna de Tomé, emplazamiento costero de la Región del Biobío. En ese lugar, para 1917, ya existía un grupo de niños que realizaban labores de lustrado de zapatos, ofreciendo sus servicios, sobre todo a damas de la clase alta.

Así también existen antecedentes, que sitúan la presencia de jóvenes lustrabotas, en Santiago, capital chilena, en donde se comienza a desarrollar este oficio en la tercera década del siglo XX. En 1930, por medio de una carta del alcalde de la Municipalidad de Santiago, Don Enrique Balmaceda, al Director General de los Reformatorios de Menores, afirmaba "los muchachos lustrabotas desempeñan su trabajo ambulante en las más deplorables condiciones de higiene y moralidad (...) La mayoría de ellos es analfabeta, situación que los lleva de una forma desastrosa a la lucha por la existencia". Sin duda alguna, el alcalde expresaba con agravio sus palabras, en contra del trabajo de los jóvenes lustradores en el centro de Santiago. A pesar de ello, en 1934, otorgó permiso a menores de 14 años y a lisiados, que quisieran trabajar como lustrabotas, con un par de condiciones, como permisos emitidos por el Juez de Menores, certificado de asistencia a escuelas, y un uniforme que los distinguiera en su oficio.

Avanzados los años, y logrando cierto establecimiento de su oficio, se comenzaron a formar agrupaciones y asociaciones de Lustrabotas. En el año 1943 y 1945, se crean las primeras Agrupaciones de Lustrabotas de Santiago. En 1949 se funda la Asociación de Lustradores de Valparaíso. En consecuencia, se fueron desarrollando agrupaciones de lustrabotas en otras ciudades de Chile, como es el caso de Osorno en 1945; Puerto Montt en 1954, y La Serena en 1956.

En la mayoría de los casos a lo largo de Chile, en donde se creaban asociaciones o agrupaciones de lustradores, era con el objetivo de poder integrar a través del trabajo, a los niños que vivía en situación de calle. Distinto es el caso de Santiago, donde el oficio ya se encontraba regulado, el objetivo de estas agrupaciones, respondía a la intención de reglamentar el oficio, y regular la actividad económica.

En conclusión, pese a cuál haya sido el objetivo inicial, por el que se comenzaron a asociar los lustradores de Chile, fue un paso significativo, para el reconocimiento de su labor como parte del Patrimonio Humano, de cada una de las comunas, en donde el lustrador aún entrega brillo con sus manos. 

[Los suplementeros: los niños y la venta de diarios. Chile: 1880-1953]. (s.f.). Recuperado 8 agosto, 2019, de https://www.academia.edu/5341545/Rojas_Los_suplementeros_los_ni%C3%B1os_y_la_venta_de_diarios._Chile_1880-1953